Jesús habló mucho acerca de la venida del Espíritu Santo (Juan 14:15–26; 16:5–15). Si los discípulos hubieran prestado atención, ellos habrían sabido qué esperar aquel día en el Monte de los Olivos. Jesús les había dicho: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré” (Juan 16:7). Mientras Jesús se preparaba para volver al cielo, Él dejó en claro que finalmente había llegado el momento para que esta
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